lunes, 1 de junio de 2015

La Casa Encendida

Ronda de Valencia, 2 (entre Atocha y Embajadores)
Día/hora: 9 de mayo (sábado), 15:45 aprox.



Éste es uno de esos días sorpresa. Nuestro plan, siendo el Día del Cómic Gratis, era pasarnos por Gotham Central a ver cómo estaba el ambiente, quizá tomar algo por Getafe... en fin, día tranquilito. Pero de repente me aparece una notificación en Facebook del Mercadillo "Desde India con Amor", al que tenía pendiente ir desde hace tiempo ya, y me entra mono de India, baile, incienso y cosas bonitas. Así que desayunamos fuerte, y F, un poco a regañadientes, accede a cambiar el plan.

Llegamos a Embajadores enseguida, aunque el Cercanías (línea Humanes / Fuenlabrada - Móstoles) no tiene acceso a minusválidos, y subir y bajar el carro es complicado si va una persona sola. Además, Nora ya es mayor (seis meses, señores... madre mía) y hemos cambiado el grupo 0 de nuestro carro (Koos) por la silla, en la que ella va más sentada y más suelta (aún le queda un poco grande).

Kali, de Ghee Happy
Kali la destructora, por Sanjay Patel. Ésta es Nora, por si os lo estabais preguntando.
(Por cierto, el libro de los dioses hindúes de Ghee Happy es una maravilla).

Salimos de la estación y nos plantamos en Ekadâ, a meternos de cabeza en la India. F, además, es un gran enemigo del concepto "pareja mochila", en el que tu acompañante va contigo a un sitio que te gusta a ti, y lo aparcas en la entrada y no se mueve hasta que terminas. Así que, mientras yo me decido entre comprar un sari o una colcha (y me pruebo cholis para el sari que ya tengo), él se mete de cabeza en la caja de películas de Bollywood, pidiendo consejo a las chicas del mercadillo. Nos vamos turnando a Nora, que quiere que la hagan caso, y que está en su salsa con el olor a incienso, las cosas de colores y la gente haciéndole carantoñas. ¡Qué pena que no tuvieran ropa para niños!

Después de una sesión de compras más que satisfactoria, decidimos ir hacia Atocha, para comer algo y coger el tren de vuelta a casa... y en nuestro camino se cruzó la Casa Encendida.



Seguidores en la distancia (digital) de las exposiciones y los eventos que celebran, no esperábamos encontrárnosla simplemente allí (os lo digo en serio; me da bastante vergüenza reconocerlo, pero no sabía ni dónde estaba, y en mi mente estaba leeeeejos y difícil de llegar, un poco como Mordor). Pues eso, cuando la vimos no pudimos dejar pasar la oportunidad de pasar a ver cómo era por dentro. Total, tendrán cafetería, no?

¡Oh, cielos! ¿Cómo tú por aquí?

Y vaya si tienen. Punto negativo: para llegar a la cafetería tenemos que subir con el carro un tramo como de diez o quince escalones. Punto positivo: el guarda de seguridad nos ayuda encantado con una sonrisa. En defensa del sitio, sospecho que los fines de semana lo tienen todo bastante cerrado (a menos que haya una exhibición o algo) y eso incluye el acceso al ascensor. Porque haberlo haylo, y funciona y tal, ya que es necesario para ir al baño desde la cafetería. Baño de discapacitados también hay, aunque no tiene cambiador (qué lucha con los cambiadores, hay que ver). Pero volvamos a la cafetería.

Aparta, Starbucks, que no tienes ni idea de lo que DE VERDAD mola.

Es bastante amplia, tiene sitio de sobra para el carro al lado de la mesa, tiene enormes ventanales que dan a un jardín interior, por supuesto que hay wifi (la duda ofende) y es, en general, muy moderna y acogedora a la vez. Nosotros encontramos sitio enseguida pero en el rato que estuvimos se llenó bastante, aunque no del todo. En general, el sitio es de ensueño.

¿Oís eso? Eso son mis tripas reprochándome las horas que son.

A todo esto, nosotros no hemos comido. En diario tienen menú del día, pero al ser sábado no parecen tener (no tenemos tanta hambre, de todas formas). La carta, un poco como la de La Rollerie, es de cafetería, con cosas dulces y algunos platos salados por si acaso. Pedimos un hummus y una empanadilla de pollo con manzana, y está todo delicioso. Y después de la comida viene...

... eso es, el café. ¿Y qué acompaña al café? La tarta. En este caso, desde la barra nos mira expectante una tarta con un relleno rosita que me llenaba de curiosidad, así que pregunto, y acabamos por coger un buen trozo de tarta de remolacha para probarla. Jugosísima y con un sabor fantástico. Me hago fan inmediatamente. La acompañamos con el zumo del día (zumo de piña, fresa, pera y un toque de manzana), del que Nora también se hace fan enseguida.

Lo rosita casi no se ve pero está, os lo aseguro.

En general, una gran visita (que repetiremos, seguro). ¡Ah! Tienen panfleto de exposiciones para niños, con todos los eventos infantiles y un dibujo grande para colorear.

A esto tenemos que venir, ¿eh, mamá?


Experiencia global:

4 de 5 corazones del Zelda

Le falta ser un poco más accesible, aunque ya digo que no sé si en diario esto será distinto. Por lo demás, es el tipo de sitios que me encanta tener como as en la manga.


Resumen de accesibilidad (1-10)

Acceso: 3. Esos escalones me mataron un poco, la verdad.
Movilidad en el interior: 8. El sitio es espacioso y tienen las mesas justas para que no resulte agobiante (incluso con un par de mesas grandes).
Espacio para el carro: 9. A menos que esté muy lleno, es difícil interrumpir el paso de gente con el carro al lado de la mesa.
Baño: 6. Yay por el baño para gente en silla de ruedas, nay por la falta de cambiador. Y desde aquí les animo a que lo pongan (¡por favor!)
Carta: 8. Tartas, zumos naturales, platos salados de picoteo... Me falta probar el menú del día, pero vamos, que soy bastante fan.
Wifi: Sí, por supuestísimo.

sábado, 2 de mayo de 2015

La Rollerie

Calle Atocha, 20 - cerca de la plaza Jacinto Benavente.
Día y hora de la visita: 20 abril (lunes) 18:30 aprox.


Antes de que Nora se uniera a la familia, F y yo veníamos a menudo, porque está muy cerca del cine Ideal (nuestro cine favorito). Además, una de las Lobas* vivía bastante cerca, así que entre unas cosas y otras he merendado varias veces aquí. De hecho, Nora ha venido ya un par de veces, y no serán las últimas (¡estoy deseando poder venir al cine con ella!). Visitamos La Rollerie.

La verdad es que venir con carro cambia la percepción de tu realidad. Con este sitio es con el que más lo he notado, quizá porque hemos venido más a menudo. Llegar no es difícil: la calle Atocha tiene tramos más o menos anchos, pero por lo general las aceras tienen bastante espacio. Si vais desde Sol, recomiendo subir por la calle del Correo, y luego atravesar la plaza Jacinto Benavente; este tramo suele estar más despejado de gente que subir por la calle Carretas, aunque no sea tan directo.


El local desde nuestro punto de vista.

Una vez llegamos al sitio, la entrada hace esquina y hay un par de escalones para acceder al interior. Dentro hay varias zonas separadas por tres o cuatro escalones cada una, y un salón alto al que se llega por un tramo de escaleras. Hay sitio para tener el carro al lado en todas las mesas, y hay mesas grandes para seis-ocho personas.

Nos sentamos en una de las mesas cerca de la entrada, para no bajar escalones (aunque mi sitio favorito son las bancadas pegadas al ventanal, en la segunda zona: si Nora se despierta se puede tumbar a mi lado sin problema). A esta hora hay bastante sitio, pero mientras estamos allí (30-45 minutos) se empieza a llenar.

¡Qué indecisión!

Momento de babear con la carta. Cafés, tés, bollería... también hay sección salada, pero la golosa que hay en mí me deja claro a lo que venimos. No me decido, así que me acerco al mostrador para ver qué me apetece más, y mi estómago me deja claro con un rugido que la elegida es la tarta Red Velvet. Yo me pido un descafeinado. La tía de Nora (S) se pide un té que huele a gloria, y F es fiel a su capuccino. Ambos se piden un helado (cosa que no comprendo, porque me traen el trozo de tarta y enamora sólo con verla).

Hago un repaso general del sitio: tiene wifi abierta, como no hay demasiadas mesas se está bien con el carro cerca (no tienes sensación de entorpecer el paso ni nada), y los escalones entre salones son un poco incómodos pero nada insalvable (y además, el personal es encantador; me ayudaron a entrar en el local y, como estábamos cerca de la barra y de la puerta, de vez en cuando venían a hablar con Nora. Y Nora encantada, claro). No hablamos del salón alto, por cierto, que tiene un tramo de unos 10 escalones (y al que creo que no he llegado a subir nunca).

Baked love. 

El baño me hizo mucha gracia, porque a pesar de estar al fondo del local (después de dos tramos de tres-cuatro escalones)... tienen baño de minusválidos. No hay cambiador, pero al menos es amplio y cabe un carro.

Al ir a pagar les felicitamos por la tarta, y nos dicen que la próxima vez tenemos que probar la de Oreo, y que su tarta fija es la de zanahoria (que, al menos cuando la probamos nosotros, es una delicia). En fin... tendremos que volver.


Experiencia global:

4'5 de 5 corazones del Zelda.
Es uno de los sitios que teníamos en mente al empezar con este blog, y cuando fuimos a elaborar esta entrada definitivamente estuvo a la altura de las circunstancias.

Resumen de accesibilidad (puntuaciones 1-10)

Acceso: 5. Dos escalones, y encima en curva (la entrada hace esquina).
Movilidad en el interior: 5. Hay amplitud para moverse con el carro, pero hay escalones entre las distintas áreas que pueden hacerlo un poco complicado.
Espacio para el carro: 8. Amplitud de sobra al lado de la mayoría de las mesas (algunas tienen algo menos de espacio).
Baño: 7. Tiene baño de minusválidos... al fondo del local, después de haber pasado los tramos de escalones.
Carta: 8. Tienen una carta amplia de platos dulces y salados, y las tartas... ahh, las tartas...
Wifi: .


*Las Lobas... ay, mis Lobas. Es mi grupo de mujeres fuertes, con el que quedo de vez en cuando para aullar a la luna y reír hasta que nos duele la tripa. F dice que hacemos magia juntas. No es consciente de cuánta.

viernes, 24 de abril de 2015

[Eventos con Nora] Festival Fantasía de Fuenlabrada III

Plaza del Ayuntamiento viejo, Fuenlabrada (Madrid)
Día y hora de las visitas: 17 de abril (viernes), 19h aprox. / 18 de abril (sábado), 12h aprox.


17 de abril (viernes), 19h aprox.

El año pasado, a finales de septiembre, nos enteramos de que había un festival de fantasía en Fuenlabrada. Entraba en el rango de nuestros "paseos preparto", así que, aunque teníamos las expectativas bastante bajas, allá que fuimos... y flipamos.

Prometimos que no nos lo perderíamos cuando Nora estuviera con nosotros, pensando que ella tendría más o menos un año... y esta edición nos sorprende adelantándose a primavera, así que ni cortos ni perezosos nos colocamos nuestras mejores galas y allá que vamos.

Disculpe, ¿el Festival, por favor? ¿No le suena?
Para llegar desde la estación con un carro, en lugar de bajar por Luis Sauquillo (es muy estrecha y está bastante transitada), recomiendo cruzar Luis Sauquillo y bajar por la calle de la Arena / calle del Norte, que tiene menos volumen de gente y de coches, y hay un tramo peatonal. En ambos casos desembocamos en la calle de la Plaza, antiguo centro neurálgico de las noches de desenfreno fuenlabreñas, que ahora se ha reconvertido en paseo molón con tiendas cucas de ropa y complementos (también es peatonal, así que sin problema por esa parte).

A medida que nos acercamos vamos viendo niños que aparecen con las caras pintadas, niños (y adultos) disfrazados (había un concurso de cosplay!), y bastante gente. Sólo está viernes y sábado, así que todo el mundo ha aprovechado para acercarse hoy y no perdérselo. Cuando al fin llegamos está de bote en bote. Gente por todas partes, mezclada con soldados del Imperio, chicas pin-up, Alien, Predators... Entrar en el edificio de las conferencias y la exposición (de Carlos Pacheco esta vez) va a ser un poco difícil, así que nos vamos directamente al mercado troll.

¡Gente! ¡Bullicio! ¡Cara de tontaca! ¡Mochila de porteo de cuando Nora se pone pesadita!
¡Lo tenemos todo, señores!
Yo soy muy fan de comprar cosas en estos sitios. La mayoría son artesanales, te los vende el autor mismo, no salen mal de precio (en general) y se ponen súper contentos cuando compras algo. Dicho esto, veníamos con un presupuesto y lo excedimos (un poquito). Pero de verdad que lo que nos llevamos a casa lo merece.

En total nos llevamos el libro de esta edición del festival (mitos de Cthulhu en Fuenlabrada!), dos láminas para el cuarto de Nora (una preciosa de unos niños jugando con huevos de dragón y una acuarela impresionante de Brave, esta última dedicada y todo!), un cuaderno superchulo, dos marcapáginas de Hora de Aventuras y dos juegos de pendientes y colgante para mí. En la página de Facebook (¡haceos fans!) están enlazados los artistas y las tiendas donde compramos todo, pero vamos, repartiré amor al final de la entrada en forma de enlaces.

Son todo cosas que las compras, y luego llegas a casa, las ves y piensas: "jo, molo mogollón".
Después de hacer las compras pertinentes, decidimos que hay demasiada gente para nosotros, y aunque nos duele no habernos hecho fotos con los personajes que pululan por allí, nos marchamos a casa...


18 de abril (sábado), 12h aprox.

... y al día siguiente, OBVIAMENTE, volvemos al ataque. Hay mucha menos gente y muchos más niños. Decidimos no entrar a pintarle la cara a Nora (porque la cola daba más miedo que Predator), y aprovechamos para lucirnos con las fotos (todas las fotos de esta entrada son del sábado por la mañana). Damos otra vuelta por el mercado para retratarlo como merecía y fin de la visita.

Pues ahora mismo esa calle ni idea, oiga...


Cosas pendientes:

  • Entrar al ayuntamiento viejo, y comprobar cómo están las cosas para subir con carrito a las distintas salas de conferencias. Recuerdo subir por las escaleras con la barrigota, así que no tengo muchas esperanzas...
  • Entretenimiento infantil. Un rotundo SÍ. Había un montón de niños por todas partes, con la cara pintada, disfrazados, pasándoselo en grande. Además, en la organización les tienen en cuenta, y planifican actividades infantiles tanto para el viernes por la tarde como para el sábado por la mañana.
  • Comprobar disponibilidad de baños para cambiar a nuestros pequeños cosplayers. Supongo que dentro del edificio habrá baños, pero no sé cómo estarán. De todas formas, en la misma plaza hay un bar y muy cerca hay un par más, así que baños, haberlos, haylos.
  • Internet y tal. Entre unas cosas y otras se me olvidó ver si había. No me extrañaría que sólo fuera para la organización.

Experiencia global:
4 de 5 corazones del Zelda
Qué queréis, yo me lo pasé muy bien ^_^

Hasta que nos encontramos con esta panda de energúmenos, vaya.


Amor del bueno

Láminas: de los chicos de Iskion Studio, en concreto Mérida es de Clara Saetiz y los niños duende con el dragón son de Álvaro Ramírez.
Marcapáginas: también encontrados en el puesto de Iskion Studio, son de Nico Naranjo. Y diréis que no molan, eh? Estoy usando el de Marceline para El Hobbit, que he empezado a leerle a Nora (¡es la semana del Día del Libro, muchachos y muchachas! ¡A leer todos!)
Cuaderno: de la imprescindible Azahara Herrero, de la que Nora ya tiene una ilustración adornando su cuarto ("The worlds inside my mind").
Juego pendientes-colgante dados: de La FrikiFactoría. Estuve entre éstos y unos negros y rojos de Vampiro, muy elegantes. 
Juego pendientes-colgante steampunk: de Toca2 y +, que aparte de tener broches y, claro, tocados muy chulos, tenía bodis y camisetas de niño muy graciosas (la de la princesita con cara de buena que acababa de dar una somanta al dragón me gustó especialmente xD).